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¿COMO SE SIENTEN LOS MISIONEROS EN ESTE TIEMPO DE PANDEMIA? – Por Josué Villanueva

By mayo 26, 2020No Comments

Josué Villanueva es maestro y director académico del Seminario Teológico Semper Reformanda, además es facilitador de Enfoque Global.


¿COMO SE SIENTEN LOS MISIONEROS

EN ESTE TIEMPO DE PANDEMIA?


En estos días todo el mundo está bajo la pandemia del Covid-19 y se ha decretado cuarentena domiciliar, la mayoría nos encontrados en nuestras casas y separados de nuestros amigos y familiares. Algunos países han comenzado la denominada “escalada hacia la normalidad”. El distanciamiento social que vivimos en esta pandemia es una oportunidad que el Señor nos da para comprender más a los misioneros, que trabajan en las comunidades de Latinoamérica y entre los menos alcanzados. A continuación veremos tres cosas que ellos experimentan durante su servicio al Señor.

1. Separación física de la familia y amigos

En este momento no podemos visitar a nuestros familiares y mucho menos a los amigos con los que compartíamos “un café”, “un mate” o “una comida”. Esto es algo que los obreros experimentan normalmente debido a que se encuentran a miles de kilómetros de sus países.

Hace unos años tuve el privilegio de servir en el campo entre los no alcanzados y pude vivir en carne propia esta separación con la familia y amigos de mi país de origen. En esos años el medio por el cual me comunicaba era Skype. El tiempo para platicar con mi familia era un aliento para mí mientras estaba en el proceso de adaptación a la nueva cultura. A pesar de estar rodeado de otras personas, sentía esa “soledad” de no estar con mis seres queridos.

2. Separación física de otros creyentes

Hoy no podemos reunirnos y disfrutar de la comunión presencial de nuestros hermanos en Cristo. En Europa y Estado Unidos ya comienzan a levantarse las medidas decretadas para las iglesias, pero con estrictas normas de distanciamiento y salubridad. Debido al avance de la tecnología podemos conectarnos de forma virtual y escuchar la Palabra de Dios de nuestros pastores.

La mayoría de los obreros pioneros en zonas no alcanzadas pasan años sin poder tener comunión con el cuerpo de Cristo. Los primeros años, mientras se tienen frutos, ellos se reúnen en su casas con sus hijos y cónyuges solamente. Uno de los misioneros me contaba que cuando fue de visita a su iglesia enviadora, lloró de gozo al escuchar la Palabra y cantar junto a otros hermanos.

3. Dificultades para predicar el evangelio

Hoy debido al distanciamiento social, se dificulta predicar el Evangelio persona a persona, pero al mismo tiempo ha habido un aumento de predicaciones por los medios digitales y muchas más personas están siendo expuestos al mensaje. En culturas del medio oriente el tema de las relaciones personales es muy importante, antes de compartir el Evangelio.

Los obreros que van a estas zonas del mundo tienen muchas dificultades al inicio para establecer relaciones en la nueva cultura. No conocen el idioma y tienen que aprender desde cero, aunque quieran compartir el Mensaje, están consiente que deben de tomar tiempo para poder comunicarse con los locales. Al no poder hablar el idioma se sienten aislados a pesar de estar viviendo en medio de ellos. En promedio después de 6 meses en el país se puede comenzar a tener las primeras conversaciones. He escuchado de muchos obreros que tienen menos de un año de haber llegado al campo y la etapa inicial de aprendizaje y socialización se está haciendo más difícil debido a la pandemia.

Dios tiene un propósito para todo

Debemos reconocer que el Señor tiene control de cada situación en este mundo y tiene un propósito para todo. La separación física de la familia, de otros creyentes y la dificultad de predicar el Evangelio que hoy mismo experimentamos es lo que normalmente tienen que vivir los obreros en el campo. La pregunta clave es ¿Qué podemos hacer como iglesia ante esta situación? Esta es una oportunidad para poder identificarnos con ellos y apoyarlos. Pablo como misionero pidió a la iglesia en Éfeso que intercedieran por él y su ministerio:

“orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.” (Efesios‬ 6‬:18-20‬)‬‬‬‬‬‬

Estos días la tentación es centrarnos en nosotros mismos y no pensar en los demás. Unámonos en oración por los obreros que sirven lejos de sus tierras. Al mismo tiempo comuniquémonos con ellos y velemos por sus necesidades emocionales, espirituales y físicas pues al hacer esto glorificamos a nuestro Señor Jesucristo y nos unimos a su Misión.