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Una Vida Misional en medio de la crisis del Coronavirus

By marzo 23, 2020No Comments

Hoy, todos estamos entendiendo que nuestro mundo puede cambiar tan rápidamente, que nuestra situación hace solo unas semanas, no es la misma que estamos viviendo en este momento. Xóchitl y yo acabamos de regresar de Washington D.C., donde debía predicar en una conferencia de misiones para una gran iglesia en el área. A pesar de que confirmé con la iglesia el jueves por la tarde antes de tomar mi vuelo, cené con el pastor el viernes por la noche, tuve un tiempo de enseñanza con los hombres el sábado en la mañana e incluso a un grupo de parejas el sábado esa misma tarde, sin embargo, el sábado por la noche ellos tomaron la decisión correcta de cancelar los cultos públicos.

Entendimos totalmente por la seriedad de las circunstancias, y prediqué el mensaje que había preparado a la familia anfitriona donde nos estábamos hospedando. Por causa de las circunstancias tan volubles, quería aprovechar la oportunidad para abordar el tema: cómo podemos vivir  misionalmente durante este tiempo y bajo estas circunstancias.

1. No te rindas ante el miedo.

El Salmo 91 fue escrito durante un tiempo de pestilencia y David se refiere a Dios en este Salmo como «Dios mío; mi refugio y mi fortaleza, en quien confío.” Resulta fácil dar cabida al miedo al escuchar las noticias  o al ver el desarrollo de los eventos en las redes sociales. Sin embargo, esa no es la respuesta de los redimidos; nuestra respuesta es confiar en la mano poderosa de nuestro Padre y confiar en lo que Él está haciendo. Tal como escribí la semana pasada sobre la soberanía de Dios a lo largo de toda esta situación, tenemos que confiar en el hecho de que Dios está haciendo algo más grande que nosotros mismos, más grande que nuestra percepción política, incluso más grande que nuestro país. Él está haciendo algo en todo el mundo. ¡Creo que al final de esta crisis, Él será más glorificado, el Evangelio habrá sido predicado a más personas y más gente estará expuestas a la única Esperanza que existe, la Esperanza de Jesucristo! Ninguno de nosotros sabe totalmente todo lo que Dios está haciendo, pero podemos confiar en «Nuestro Dios, porque Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza y en quien confiamos.»

2. Las iglesias no están cerradas.
Los edificios si lo están.

Las iglesias no están cerradas, los edificios están cerrados, los templos están cerrados, pero la iglesia de Jesucristo está viva y funcionando. Las áreas en el mundo donde la iglesia de Jesucristo está creciendo más rápido son las mismas áreas donde no se pueden reunir o construir templos.  Interesante ¿no? Así que, ahora no podemos reunirnos en nuestros edificios por un tiempo, que podemos aprender de esto: la iglesia no es un edificio sino un cuerpo; La iglesia no es un servicio sino la misión que Cristo nos dio para hacer discípulos a todas las naciones. Entonces, ahora vamos a ver los servicios en línea, ¡eso es genial! He escuchado a varios pastores y diferentes maestros predicar y enseñar en los últimos días. He participado en servicios de oración para iglesias a cientos de millas de dónde vivo. La iglesia está volviéndose viral, nos estamos dando cuenta de que las paredes no nos pueden contener.

3. Los tiempos sin precedentes presentan Oportunidades sin precedentes.

El hecho de que estemos aislados no significa que vivimos como ermitaños o que vivamos enfocados en nosotros mismos. Estos son tiempos sin precedentes, pero al mismo tiempo nos presentan una variedad de oportunidades sin precedentes. Este es exactamente el momento en que la iglesia de Jesucristo más brilla; cuándo podemos suplir necesidades. Participa en tu vecindario y también en las redes sociales. Investiga cuáles son las necesidades de las personas, la gente tiene miedo, algunos necesitan ayuda y asistencia. Ser comprensivo con aquellos que están teniendo dificultades financieras. Me reuní con un querido amigo ayer que probablemente podría perder su negocio. Hay muchos otros que lo harán, y otros que quedarán desempleados. Tendrán necesidades, simpaticemos con esas necesidades. Me gusto el hecho de que nuestra iglesia ya ha comenzado una campaña alimentaria para ayudar a las familias locales, y está recaudando ofrendas especiales para ayudar a aquellos que se verán afectados financieramente por esta crisis. Mencioné la semana pasada que los creyentes en Roma ministraron a los ciudadanos de Roma durante la plaga, y debido a que lo hicieron casi toda Roma fue evangelizada. Ciertamente estamos viviendo en tiempos sin precedentes, pero también se nos están presentando oportunidades sin precedentes para ministrar y mostrar el amor de Cristo.

Tómese un tiempo para orar por los misioneros que están sirviendo en algunos de los lugares más afectadas por el coronavirus. Están lejos de sus familias y no pueden viajar. Ellos mismos están en riesgo debido a los países en los que viven muchos de ellos. Estamos en comunicación constante con ellos y le informaremos de cualquier novedad.