Muchas veces, las iglesias pequeñas piensan que las misiones son mayormente para las iglesias grandes, que necesitan enfocarse primero en su propia comunidad para hacer crecer su iglesia. Debido a que no tienen muchas finanzas, esas finanzas deben ser dirigidas hacia ellos mismos y sus instalaciones. Desafortunadamente, la mayoría de las iglesias cuando la iglesia disminuye económicamente o en asistencia el primer corte de fondos lo sufren las misiones. Pero eso es exactamente lo opuesto a lo que enseñan las Escrituras, y lo que Dios ordenó para la iglesia. En 1era. de Cor. 16 Dios ordenó a «todas» las iglesias de Galacia que participaran en las ofrendas misioneras que se estaban levando para los santos en Jerusalén.
Por lo tanto, el mandato es claro, toda iglesia debe participar en las misiones, ya sean grandes o pequeñas, ya sea con una gran ofrenda o una pequeña ofrenda. La iglesia existe para la misión que Dios le dio, y esa misión es hacer discípulos en nuestra Jerusalén y hasta lo último de la Tierra.