A veces, en la rutina diaria de la movilización es fácil perder la perspectiva del por qué la movilización es tan importante, como necesaria para la iglesia. Casi a diario, pasando de 8 a 10 horas enseñando a líderes en diferentes iglesias, en diferentes países respecto al tema de misiones que no es la visión final ni el objetivo. El objetivo es que las iglesias en América Latina movilicen a sus propios miembros localmente en misiones y puedan enviar a sus propios obreros a los no alcanzados. El objetivo es que los no alcanzados tengan acceso al Evangelio y se comprometan, que la iglesia sea plantada donde antes no había iglesia. Ap. 7: 9 donde todas las personas de todas las tribus, lenguas, naciones se visten con túnicas blancas ante nuestro Dios y el Cordero, ¡alabándolo! ¡Esa es la visión final!
Pero tiene que haber un plan para mover nuestra gente, es ahí donde entra en juego la movilización intencional y estructurada. No solo enseñamos sobre misiones, sino que ayudamos a los miembros promedio de la iglesia a dar el siguiente paso para convertirse en un instrumento de la misión de Dios tanto a nivel local como global. Eso es lo que hacemos cada semana en Enfoque Global, en múltiples áreas de América Latina, movilizando iglesias e individuos, ¡y ahora Dios está siendo glorificado en múltiples lugares alrededor del mundo!
