La movilización no es un evento, sino un proceso que tiene un propósito. Si el resultado final la movilización no culmina en Dios siendo glorificado por medio de más personas escuchando el Evangelio y siguiendo a Cristo, entonces simplemente «estamos echando dinero en saco roto». El resultado final de la movilización misionera debe ser el envío de nuevos obreros que lleven el Evangelio a aquellos que nunca han escuchado. Entonces, algunos de los que nunca habían oído comienzan a seguir a Cristo, y establecen Su iglesia donde no había iglesia. En este reporte y en los que enviaré las próximas semanas, voy a escribir sobre las diferentes etapas de un proceso de movilización.
¡Los no creyentes están respondiendo al evangelio y siguiendo a Cristo!