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El miércoles en la noche terminé de predicar a las 11:15 pm, a los casi 500 estudiantes universitarios presentes de Argentina en la Conferencia CIMA en Buenos Aires (el servicio comenzó después de las 9:00 pm).
Ellos me habían pedido que les hablara sobre el tema de «Santos para la Misión de Dios», cuando dimos la invitación, cientos respondieron llenando el altar y los alrededores, entregando sus vidas a Su Misión, Pero lo más inusual en el servicio no fue que la mayoría de los allí presentes vinieran al frente, sino que los jóvenes permanecieron orando y llorando en el altar hasta después de las 12:30 am.
El Espíritu Santo estaba tan presente que se podía palpar, ya que los jóvenes estaban verdaderamente quebrantados y entregando sus vidas para ir al campo a vivir Su Misión, en vez de vivir para sí mismos, y llevar el Evangelio a los no alcanzados.
Alabamos a Dios por cómo está cambiando la perspectiva de los cristianos en toda América Latina, desafiándolos a convertirse en una fuerza misionera en lugar de ser un campo misionero.
Se me extiende una invitación para asistir a CIMA en el mes de Enero, para predicar y enseñar el tema de Misiones y grupos étnicos no alcanzados a cientos de jóvenes en Perú, Bolivia y Argentina. Hace dos años conocí a un grupo de jóvenes de la PIB Bariloche (al extremo sur de Argentina), esta fue su primera experiencia en CIMA. Fueron a todas las clases en las que yo estaba enseñando y predicando, pase horas y horas hablando con ellos, ahí fue donde Dios llamó P. a Su Misión. P. es un joven ingeniero que acababa de comprar un carro nuevo.
Volvió a casa, vendió su carro, renunció a su trabajo y se fue durante 6 meses para servir en el sudeste asiático. Cuando el equipo de CIMA entrevistó a P. en el servicio, él contó la historia de cómo en su primer CIMA se enfrentó a la necesidad de los no alcanzados.
Dijo que en una conversación que tuvimos, él me había preguntado: «Cuál es la mejor habilidad requerida para un misionero» y mi respuesta fue que «la mejor habilidad es estar a Su disposición».
P. se ha puesto a la disposición de Dios, y ahora está siendo enviado por su iglesia local como obrero a tiempo completo al sudeste asiático. Por favor oren por este joven ingeniero de 28 años que se ha dispuesto a servir a los no alcanzados.